Desde la perspectiva de un equipo que ha trabajado lado a lado con emprendedores por ya 3 años y medio, IMPAQTO puede ofrecer algunos insights que pueden ser útiles para desarrollarlos a nivel país o en políticas públicas. Como principio base, el emprendimiento requiere de un ecosistema de apoyo, mejor marco regulatorio y acompañamiento. Sería fácil deducir que lo que necesita el emprendimiento es mayor inyección de un ingrediente (incentivo) u otro para que mágicamente los emprendimientos salgan adelante. Sin embargo, un ecosistema resiliente, nos dicen los autores de The Rainforest Victor Hwang y Greg Horowitt, se asemeja más a una jungla (dinámica, misteriosa, con alta diversidad de actores) que a una granja (articulada, planificada, centralizada en un ente granjero que controla desde semillas hasta cosecha). En el primer caso, el ecosistema de una jungla continua existiendo cuando cae un árbol, pasa una semana sin lluvia, o sube el nivel del río – todos se adaptan. En el caso de una granja, cualquier falla en el sistema afecta la cosecha final.
La resiliencia (o garra) que observamos en los emprendedores que se arriesgan a emprender en los mercados más competitivos del mundo proviene de une entorno de comportamiento cultural que empuja a todo un ecosistema a tomar riesgos, colaborar en competencia, y adaptarse para salir adelante. En este sentido, si queremos impulsar más de este tipo de emprendimientos, que no solo sobreviven, sino generan cambios en su industria, es importante primero observar a quienes ya lo han logrado, bajo las condiciones que se han dado naturalmente en el Ecuador en los últimos 15 años.