En el contexto de políticas públicas, el apoyo al re-emprendimiento y el no-castigo al fracaso son dos principios clave para la creación de nuevas regulaciones que reflejen una sociedad que aprecia a quienes saben más por haber fallado antes.
El éxito en emprendimiento sigue a aquellos que, obsesionados por generar el mejor producto del mercado, también saben cómo prototipar y pivotear rápidamente. Rara vez nos encontramos a un emprendedor exitoso sumido en el cinismo de culpar a su contexto o circunstancias por sus fallas – los mejores, entienden que su misión es crear un producto o servicio que se ajuste a lo que necesita el mercado, no al revés. Este también es un tema cultural – en nuestro sistema educativo nos enseñan a que algo está terminado, o no. Sin embargo, los mejores resultados se obtienen gradualmente, orgánicamente con la retroalimentación honesta de los consumidores. En IMPAQTO, muchas veces recibimos emprendedores que han gastado muchos recursos y esperanzas en un producto que no quieren sacar al aire hasta que no llegue a su “perfección” – generalmente para luego encontrarse con que no es lo que el mercado necesita. A estos emprendedores, los invitamos a cambiar su enfoque: enamorarse del problema de mercado que quieren solucionar, y no enamorarse de su solución.